La importancia de la educación nutricional en la infancia

La educación nutricional es una parte fundamental en la infancia, en la mejora de sus actitudes y hábitos alimentarios, reducir la ansiedad y recuperar hábitos saludables. Esta formación debe comenzar en la infancia. En esta temprana etapa, es esencial establecer hábitos de alimentación saludables, para lograr que nos acompañen durante toda la vida, y nos permitan disfrutar de una vida sana. Entre otros beneficios, también nos ayudan a evitar la desnutrición, y las enfermedades relacionadas que se desprenden de esta condición.

La familia juega un significativo papel en la alimentación de los niños. Esa es la razón por la que la educación nutricional, se considera un factor importante en el crecimiento y desarrollo. También influye en la conservación de una dieta equilibrada, y un estilo de vida activo. Estos aspectos clave, ayudan a garantizar un correcto crecimiento y desarrollo, además de contribuir a prevenir la aparición de diversas enfermedades crónicas.

El acto de comer no sólo es un impulso biológico, es un acto social, es más una cuestión de costumbres y de aprendizaje, es un conjunto de conductas que se desarrollan a lo largo de los años. El entorno familiar y escolar, tiene una gran influencia en el desarrollo de los hábitos alimentarios de los niños.

A nivel mundial, el número de lactantes y niños en edad escolar (de 0 a 5 años) con sobrepeso u obesos aumentó de 31 millones en 1990 a 44 millones en 2012. Si permanece la tendencia actual, el número de niños con sobrepeso aumentará a 70 millones para el 2025. El impacto de la construcción de hábitos alimentarios inadecuados en el desarrollo de la obesidad puede evitarse mediante estrategias educativas.

La educación nutricional proporciona las capacidades necesarias para que las personas puedan:

  • Alimentarse y alimentar a su familia en un modo adecuado;
  • Obtener alimentos adecuados a precios asequibles;
  • Preparar alimentos y comidas saludables que sean de su agrado;
  • Reconocer las malas elecciones alimentarias y cómo resistir a éstas;
  • Instruir a sus hijos, y a más personas, sobre alimentación saludable.

La falta de educación nutricional para niños y niñas, o para sus padres y madres, puede resultar en:

OBESIDAD. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso u obesidad en 2016. El sobrepeso y la obesidad generalmente son causados ​​por una mayor ingesta de alimentos ricos en calorías y grasas y una disminución de la actividad física. Por tanto, la educación nutricional de niños y niñas juega un papel fundamental en la prevención de la obesidad.

PROBLEMAS CARDIOVASCULARES. La falta de educación nutricional y la obesidad pueden conducir a problemas cardiovasculares como enfermedades del corazón.

PROBLEMAS EN LA EDAD ADULTA. La obesidad en los niños puede provocar problemas respiratorios, presión arterial alta y diabetes en la edad adulta.

DESNUTRICIÓN. Por otro lado, los niños y niñas sufren de desnutrición porque no tuvieron hábitos alimenticios adecuados en la infancia. Además, la desnutrición es un problema grave en países en desarrollo como Yemen, y las Naciones Unidas advierten que la mitad de los niños menores de cinco años corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda.

Los estilos de crianza, la conciencia, conductas y cantidad de conocimientos sobre la alimentación y nutrición son primordiales para la promoción de hábitos de vida saludables.